lunes, 12 de enero de 2015

Los Siete Magníficos de Londres

No, no me estoy refiriendo a la antigua película de vaqueros (aunque el nombre se inspira en ella), sino a siete grandes cementerios que se crearon durante el s. XIX a las afueras de lo que por aquel entonces era la ciudad (que abarcaba la City, Westminster y poco más).
 

El pasado domingo fui a visitar el Cementerio de Highgate, al norte de Londres y uno de los más famosos pues es donde se encuentra la tumba de Karl Marx. Me encanta la historia y el de Highgate ciertamente tiene historia para aburrir, así que lo dejo para otra entrada y en ésta empezamos desde el principio.

  • ¿Por qué surgieron tantos cementerios en un período de apenas 15 años?

La población de Londres a principios de 1800 se incrementó casi al doble en apenas unas décadas, pasando de 1 millón a 2 millones (más de 6 millones hacia final de siglo) debido en su mayor parte al desarrollo industrial y cultural que atrajo a muchos obreros de otras zonas y a inmigraciones de parte de Irlanda (azotados por la hambruna).


  • ¿Qué pasa cuando tantas personas se hacinan en el mismo espacio que antes?

Imaginad la época descrita por Dickens, la época de Jack el Destripador, donde familias de hasta 10 miembros vivían en habitaciones más pequeñas que la mía y a veces, hasta alquilando una esquina para ganarse unas monedas. Posadas llenas de gente que acababan durmiendo hasta en los establos.

Ello da pie a propensión de enfermedades y epidemias. Antes del s. XIX se enterraban a los muertos en los pequeños terrenos adyacentes de las iglesias (churchyards), donde, como se suele decir, ya no cabía ni un alfiler más. Se excavaban tumbas para descubrir que ya estaban ocupadas, se amontonaban cuerpos en grandes tumbas colectivas, y por qué no, seguro que se arrojaron al Támesis más de uno.

La descomposición de los muertos y la mala higiene de los vivos tampoco ayudaba. Ya os podéis imaginar de dónde surgieron la primera epidemia de cólera de 1832 o la Gran Pestilencia (Great Stink) de 1858 debido a los olores que provenían del Támesis...

Conclusión, pues otros cientos de miles de muertos y sin ningún lugar consagrado donde enterrarlos.

  • ¿Alguna solución?
Tras la derrota de Napoleón en 1815 y finalizada la guerra contra Francia, los ingleses pudieron volver a hacer sus grand tour por el continente y visitar al país del amour. Muchos de ellos volvieron con ideas nuevas, inspirados en el cementerio parisino de Pére Lachaise (construido en 1803) y los más emprendedores resolvieron la creación de cementerios privados a las afueras de Londres.

El primero de todos ellos fue el de Kensal Green (1832), seguidos de West Norwood (1837) y Highgate (1839).

Eran zonas amplias, con varios miles de hectáreas, rodeados de vegetación para hacer el lugar más placentero al residente, y al visitante... Es más, sino fuera por que hay alguna que otra tumba, pensaría que es más un parque que otra cosa:

Cementerio de Brompton, también Parque Real.


En siguientes post hablaré sobre estos Seven Magnificent, porque me encanta su historia, su verde, y hasta la imaginación de la población victoriana para crear una simple tumba en una obra de arte.

Besos y hasta la próxima.

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